El arte en el interiorismo es mucho más que una cuestión estética, es una práctica que transforma las estancias de las viviendas en espacios personales y emocionales. A través de este enfoque, los interioristas, junto a sus clientes, pueden crear ambientes que reflejen su gusto personal, evoquen recuerdos, transmitan personalidad. El arte puede ser una herramienta poderosa para el interiorismo aportando un extra totalmente personalizado al diseño inicial convirtiendo las viviendas en hogares.