Nuestros clientes Alberto Alonso e Iago Castrillón son dos grandes cocineros que practican la cocina de estacionalidad con la idea de mimar el producto de temporada y trabajar con precisión bajo una visión artesanal.
Para su realización disfrutamos metiéndonos en la cocina y trasteando con biberones, chocolate, cremas y salsas para realizar un lettering muy personal. La manufactura y la expresividad del trazo nos genera una marca única, cuya característica principal es la mancha.
Una mancha pensada, estudiada y guiada a nuestro antojo para construir el logotipo. Un ejercicio de expresionismo y libertad gráfica aplicada a la cocina donde los sabores se mezclan y las texturas juegan con el producto.
La gama cromática unifica estilo con el interiorismo del local, dejando como protagonista principal al color negro y blanco, y deja, por su parte, al color vino, y a un morado poco saturado, como pinceladas de sabor.